sábado, 14 de enero de 2012

La superioridad numérica del Homo sapiens acabó con los neandertales

Investigadores de Cambridge resuelven uno de los debates más largos y controvertidos sobre la enigmática extinción de las poblaciones neandertales en Europa.

Investigadores de la Universidad de Cambridge han realizado un hallazgo que da respuestas a la desaparición repentina de los neandertales europeos después de 300.000 años de dominación. Los investigadores han descubierto que los humanos procedentes de África invadieron la región, llegando a superar en más de diez veces la población neandertal.
El estudio se ha publicado en la revista Science por dos investigadores del Departamento de Arqueología en Cambridge, el profesor Sir Paul Mellars, profesor emérito de prehistoria y evolución humana, y la estudiante de doctorado Jennifer French.
Las razones de la desaparición de las poblaciones europeas de Neandertal en todo el continente hace unos 40.000 años ha supuesto durante mucho tiempo uno de los grandes misterios de la evolución humana. Después de 300.000 años de vida, en los fríos entornos sub-glaciales de Europa central y occidental, los neandertales fueron reemplazados rápidamente en todas las áreas del continente por las nuevas poblaciones de Homo sapiens(anatómica y genéticamente modernas) que se habían originado y evolucionado en ambientes tropicales de África.
Mediante la realización de un análisis estadístico detallado de las evidencias arqueológicas de la región de Périgord, en el suroeste de Francia -región que contiene la mayor concentración de neandertales y asentamientos de los humanos modernos en Europa- se han encontrado pruebas claras de que las primeras poblaciones humanas modernas penetraron en la región en un número al menos diez veces más grande que el de las poblaciones locales de Neandertal ya establecidos en las mismas regiones.
Esto se refleja en un fuerte aumento en el número total de sitios ocupados, densidades mucho más altas de los residuos de la ocupación (es decir, herramientas de piedra y restos alimenticios de origen animal) que revelan mayores grupos de individuos y, al parecer, mejor integrados socialmente.
Al encontrarse con esta entrada espectacular de la población humana moderna, la capacidad de los grupos de neandertales locales de competir por los asentamientos, suministro de alimentos de origen animal (principalmente renos, caballos, bisontes y ciervos) y recursos de supervivencia para afrontar los inviernos glaciales fue socavada masivamente. Además, casi inevitablemente, tuvieron lugar repetidos conflictos entre las dos poblaciones por la ocupación de los lugares más atractivos y más ricos en alimentos; el grupo humano mayor en número y mejor coordinado tenía garantizado el éxito frente a los grupos de neandertales.
La evidencia arqueológica también sugiere que los recién llegados poseían tecnologías superiores de caza y herramientas (por ejemplo lanzas de caza más eficaces y de largo alcance) y eran más eficientes en los procedimientos de proceso y almacenado de alimentos durante el invierno. También parecen haber tenido más amplios contactos sociales con grupos humanos adyacentes, lo cual favorecía el comercio y el intercambio de suministros esenciales en tiempos de escasez de alimentos.
Sigue existiendo un intenso debate sobre si los grupos de humanos modernos también disponían de un cerebro más desarrollado. Sin embargo, la repentina aparición de una amplia gama de formas de arte complejo y sofisticado (incluyendo pinturas rupestres), la producción a gran escala de artículos de decoración (como la piedra perforada, las cuentas de marfil y las conchas de mar) y los sistemas "simbólicos" de las marcas en huesos y herramientas de marfil -todo ello completamente ausente entre los neandertales- apuntan claramente a sistemas más elaborados de comunicación social entre los grupos modernos, probablemente acompañados de formas más avanzadas y complejas del lenguaje. Todos estos nuevos patrones de comportamiento más complejos se desarrollaron durante las primeras poblaciones africanas de Homo sapiens, al menos 20.000 o 30.000 años antes de su dispersión desde África y la colonización progresiva por Europa y Asia.
Si, como las evidencias genéticas sugiere, el Homo sapiens africano y las poblaciones europeas de neandertales evolucionaron por separado durante al menos medio millón de años, entonces la aparición de algunos contrastes significativos en las capacidades mentales de los dos linajes no sería sorprendente, en términos evolutivos. Según el profesor Mellars, "esta gama de innovaciones tecnológicas y de comportamiento permitió que las poblaciones humanas modernas invadieran a otras poblaciones. Los neandertales retrocedieron inicialmente a regiones más marginales y menos atractivas del continente y finalmente, en unos miles de años, se extinguieron".
A pesar de los contrastes culturales, conductuales e intelectuales entre los neandertales y las poblaciones humanas modernas, este nuevo estudio demuestra por primera vez la supremacía numérica de las primeras poblaciones de humanos modernos en Europa occidental y, por lo tanto, en gran parte se resuelve uno de los debates más largos y controvertidos sobre la enigmática extinción de las poblaciones neandertales.
FUENTE: LA VANGUARDIA

miércoles, 11 de enero de 2012

El cerebro neandertal era más asimétrico que el del 'Homo sapiens'

Un estudio realizado en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) revela nuevos aspectos de la anatomía del cerebro en los neandertales a partir del análisis de tres cráneos encontrados en el yacimiento asturiano de El Sidrón.

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Modelos virtuales de los tres huesos occipitales donde se ha reconstruido el patrón de drenaje venoso dural. Imagen: Paleoantropología del MNCN.














Los restos fósiles  de Homo neanderthalensis encontrados en el yacimiento de El Sidrón (Asturias) están ayudando a conocer con más profundidad  la población de esta especie que se asentó en la cornisa cantábrica hace aproximadamente 50.000 años.
El equipo dirigido por Antonio Rosas, paleobiólogo del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC, y en el que han participado investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y de la Universidad de Oviedo, ha examinado los cráneos de tres ejemplares de este yacimiento.
A partir de estos estudios se ha podido saber que el cerebro de los neandertales era asimétrico, “más que el del ser humano actual” señala Rosas, que añade: “la compartimentación del cerebro en neandertales presenta unas características propias”.
El patrón de drenaje venoso dural de los neandertales parece más asimétrico que en otras especies de homínidos. Los senos venosos durales son espacios que drenan la sangre del cerebro y discurren entre las capas interna y externa de la duramadre, que es la meninge adherida a los huesos del cráneo. Estos senos sirven como canales de baja presión para evacuar la sangre del cerebro a la circulación sistémica. El drenaje venoso dural está relacionado con las proporciones relativas y la configuración tridimensional del cerebro.
Más concretamente, la singularidad del sistema de drenaje en los neandertales se caracteriza por la variabilidad en cómo se unen estos senos: no se aprecia un patrón de confluencia de drenaje aunque existe un mayor porcentaje de dominancia derecha; y, en algunos casos, una mayor desviación de la línea media del seno sagital.
Entender la evolución del cerebro humano
Los huesos del cráneo tienen la función de proteger al cerebro, por lo que se ajustan exactamente al  volumen y forma de este importante órgano. La estructura definitiva  del cráneo va a depender en gran medida de la configuración morfológica del sistema nervioso central. Cuando la cara interna del cráneo se consolida, lo hace en contacto con la superficie externa del cerebro, es decir con las meninges o  membranas que envuelven el encéfalo. Las meninges se adaptan al relieve de los órganos que recubren, de tal modo que se marcan en ellas las circunvoluciones y surcos exteriores del encéfalo, y también los vasos sanguíneos: las arterias, las venas y los senos venosos. Todo ello queda marcado en la superficie interna de los huesos del cráneo, como un molde o troquel.
Como los cerebros no fosilizan, los moldes endocraneanos son la única opción para estudiar el cerebro de los neandertales. El examen de sus marcas permite deducir la forma externa del encéfalo, su tamaño y la disposición de los surcos neocorticales.
El estudio de la paleoneurología en neandertales constituye una fuente muy importante de conocimiento para entender la evolución del cerebro humano. El porqué de este interés reside en varios aspectos como son su singular morfología cerebral, el hecho de que posean uno de los mayores cerebros dentro de los homínidos y la circunstancia de que se trata de nuestros parientes más próximos; no hay que olvidar que compartimos un ancestro común.
Referencia bibliográfica:
Peña-Melián, A., Rosas, A., García-Tabernero, A., Bastir, M. de la Rasilla, M. 2011. Paleoneurology of two new neandertal occipitals from El Sidrón (Asturias, Spain) in the context of Homo endocranial evolution. The Anatomical Record. DOI 10.002/ar.21427.

FUENTE: SINC