viernes, 24 de junio de 2011

El mapa más antiguo de Europa Occidental


Piedra con el mapa y algunos de los dibujos que se obsservan. |Journal of Human EvolutionPiedra con el mapa y algunos de los dibujos que se obsservan. |Journal of Human Evolution
Unos cazadores nómadas de hace 13.660 años, que seguramente habitaban en Francia, y cruzaban los Pirineos en busca de pieles, fueron los autores del que ha sido calificado como el primer mapa cartográfico de Europa Occidental.
Estos individuos de la cultura Magdaleniense, se alojaban en la cueva de Abauntz, en Navarra, y desde allí, uno de ellos se entretuvo en grabar en una pequeña piedra de margosa (dura por dentro y blanda por fuera) el panorama que tenía a su alrededor, señalando los cerros, los ríos, los pasos o puentes sobre el agua, las zonas inundables y hasta las áreas en las que se encontraban con más frecuencia los animales que iban a buscar.
El hallazgo y desciframiento de este tesoro cartográfico, que ha sido publicado en la revista 'Journal of Human Evolution', ha sido fruto del tesón del equipo de la arqueóloga Pilar Utrilla, de la Universidad de Zaragoza. Junto a este mapa también se encontraron otras dos piezas de gran valor: una lámpara lítica de sebo, en la que también están grabadas escenas de caza, y otra piedra que representa la cabeza de un caballo y aún no se ha publicado.
Dibujos de la fauna y el mapa. /J.H.,E.Dibujos de la fauna y el mapa. /J.H.,E.
"Seguramente eran nómadas que venían al valle del Ebro de caza y que hacían un croquis de todo lo que podía ser de interés para otras visitas o para quienes llegaran detrás de ellos. Como un mapa del tesoro en el que les dejaban señalados los puntos clave", explica la arqueóloga aragonesa.
Como todo mapa del tesoro, descifrarlo ha llevado mucho tiempo. Las piedras, explica Utrilla, aparecieron dentro de la cueva en 1993, durante unas excavaciones en la que llevaba trabajando casi 20 años.
Estaban en un nivel que, gracias a una muestra de carbón, se pudo datar en la última etapa del Magdelaniense, unos 3.000 años más recientes que las pinturas de las cuevas de Altamira. Al principio, lo que más llamó la atención fue que las figuras de los animales que aparecían en ambas estaban en perspectiva, con figuras más precisas en un primer plano y más esquemáticas al fondo.
El bloque 1 (el mapa) estaba junto a lo que fue un antiguo hogar y no lejos había varios buriles de piedra, con los que había sido grabado, por lo que se dedujo que habían sido hechos 'in situ'. Pero la superficie era un auténtico galimatías, y durante mucho tiempo no se supo interpretar. Incluso se publicó el hallazgo como una pieza artística, muy interesante, pero sin un contenido intrínseco especial.
Un día, por casualidad, observando la foto de una parte de la piedra, Utrilla se dio cuenta de cómo se parecía una de las figuras al perfil del Monte San Gregorio, que justamente está enfrente de la cueva. Volvieron al lugar y vieron la luz: allí estaban grabados el río y sus afluentes, el prado inundable, los ciervos, que estaban en zonas llanas, como corresponde, las cabras en las montañas y los caminos, señalados con puntos suspensivos.

Puntos geográficos importantes

Junto a las cabezas de las ciervas se ven unos semicírculos que bien podrían ser señales de la berrea de los machos que oyen las hembras, o indicar que olfatean el peligro. Comprobaron que señales similares se repiten en otras piezas encontradas en el Cántábrico.
Unos puntos circulares más profundos marcaban los lugares del agua, o donde recoger piedras de sílex. Incluso hay el esquema de una figura humana, que fue la última en dibujarse.
De hecho, parte del trabajo ha consistido en determinar las superposiciones de diferentes capas de figuras, para averiguar cómo fue el proceso de elaboración.
"En Europa Oriental existen piezas de hueso que parece que reproducen el paisaje, como es el caso de la encontrada en Moravia [Chequia] en la que se ve un río y sus meandros, pero en Europa Occidental sólo hay algunos casos que podrían ser paisajes, pero están en discusión, como es el bastón de mando encontrado en la cueva de El Pendo, de Cantabria", explica Utrilla.
"Sin duda, este es el ejemplo más claro del intento de hacer un mapa para que sirva de guía a otros cazadores que, como ellos, iban en busca de pieles hasta esta zona", concluye la investigadora, cuyo equipo ha revelado las capacidades cartógráficas de nuestros antepasados.

FUENTE: EL MUNDO

miércoles, 22 de junio de 2011

UN CRÁNEO REVELA EL "ABUELO" COMÚN ENTRE SAPIENS Y NEANDERTALES.

Uno de los mayores retos de la paleoantropología es encontrar al abuelo que compartieron humanos modernos y neandertales, identificar el ancestro común más cercano del Homo sapiens y el Homo neanderthalensis. Un linaje que podría llevar a ambas especies hasta una pequeña localidad al sur de Roma, Ceprano, donde en 1994 se encontró la parte superior del cráneo de un individuo adulto, entonces el resto europeo más antiguo recuperado hasta la fecha. Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad de Roma y de la Unidad de Antropología Biocultural de la Universidad del Mediterráneo (Marsella, Francia) asegura que las características de ese cráneo lo emparentan tanto con sapiens como con neandertales.
Según el trabajo de estos investigadores, que ha publicado la revista PLoS ONE, el cráneo de Ceprano tendría en torno a 400.000 años y no los más de 800.000 años que se le llegaron a asignar inicialmente. Además, a partir de un detallado análisis comparativo junto con otros ejemplares pertenecientes al género Homo, el grupo francoitaliano ha optado por clasificar este cráneo dentro de la especie Homo heidelbergensis.
Hasta ahora, se había especulado largamente con la catalogación de este cráneo, muy difícil de atribuir. Distintos equipos lo han datado con fechas dispares, y una de las últimas investigaciones lo ubicaba como Homo antecessor, el Hombre de Atapuerca. Tal es la confusión que rodea al cráneo romano que se llegó a hablar de Homo cepranensis, definiendo a este hominino como perteneciente a una especie propia diferente a todas las demás.
Sin embargo, según el grupo de Aurélien Mounier y Giorgio Manzi, este robusto cráneo sin mandíbula pertenece a los heidelbergensis, una especie muy controvertida por la cantidad de fósiles con características muy dispares hallados por medio mundo.

El problema es el nombre

Es precisamente esta catalogación la que le chirría al codirector de las excavaciones de Atapuerca, José María Bermúdez de Castro. "La idea que propone este trabajo es muy interesante, no es para nada descabellada. El problema es el nombre, que no termina de convencer", afirma Bermúdez de Castro, que sin embargo no duda de la teoría de que el fósil italiano sea ancestro común de sapiens y neandertales.
"Parece que una maldición persigue a este pobre cráneo. El problema es que es muy difícil de datar, ya que se encontró en una cuneta, fuera de su contexto", lamenta el codirector de Atapuerca , que la semana pasada presentó los resultados de un estudio que dejan en el limbo de las especies al primer europeo, una mandíbula de 1,2 millones de años que originalmente se catalogó como antecessor. Bermúdez de Castro considera que el trabajo publicado en PLoS ONE va en la misma línea que el suyo: "Estos hallazgos nos están obligando a reinterpretar el escenario de las especies".

FUENTE: PÚBLICO

sábado, 11 de junio de 2011

El genoma del neandertal desata la polémica sobre la evolución


Cráneo de 'Homo neanderthalensis', en el CSICCráneo de 'Homo neanderthalensis', en el CSIC
Lejos de acabar con la polémica y las preguntas sin respuesta, el genoma del neandertal, presentado ayer a nivel mundial, ha reavivado el debate en torno a las implicaciones de la hibridación entre esta especie y el �omo sapiens�
Joao Zilhao, de la Universidad de Bristol, aseguraba ayer a ELMUNDO.es: "Los huesos y la tecnología ya nos decían que ambas especies hibridaron, y ahora la genética nos lo confirma.
Zilhao, junto con Erik Trinkaus, de la Universidad de Washington, han defendido desde hace tiempo que hubo hibridación, basándose en huesos encontrados en Portugal y en Rumanía. "Se acabó el debate", sentenciaba ayer Zilhao. "Además", añade "si genoma nos dice que se �apiens�y neandertales se mezclaron en Oriente Medio, es evidente que también lo hicieron cuando se los encontraron en Europa, ¿por qué no iban a hacerlo? Y entonces no son especies distintas", concluye.
El investigador portugués apunta que, aunque sostiene que los neandertales fueron absorbidos por los 'Homo sapiens' hasta desaparecer, ello no quiere decir que las poblaciones actuales europeas provengan de ese híbrido. "La historia demográfica europea es muy compleja. Recientemente se ha sabido que los europeos actuales no son los mismos que en el Paleolítico, sino que son el resultado de emigraciones desde Oriente Medio durane el Neolítico, con la expansión de la agricultura", recuerda.
Esta �epoblación�defiende que debió producirse hace 40.000 años, después de una erupción en Italia, cerca de Nápoles, que creó un gran desierto volcánico. "El genoma nos dice que tenemos un porcentaje pequeño de neandertales, pero quizás en el futuro, al estudiar más individuos, aumente la cantidad de ADN común", augura.
Pero no todos están de acuerdo con Zilhao, aunque reconocen que hay muchas preguntas ahora abiertas. José María Bermúdez de Castro, director del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana (CENIEH) y codirector en Atapuerca, niega que se pueda hablar de una sola especie. "Yo siempre he pensado que pudo haber hibridaciones, incluso entre 'Homo antecessor' y 'Homo heidelbergensis', pero ello no significa que ya no sirva la definición de especie como la entendemos, sino que se va matizando".
Para Bermúdez de Castro los fósiles estudiados por Zilhao no son suficientes para asegurar si son el resultado del híbrido que, según el genoma, si debió existir. "En todo caso, es un trabajo excelente en el que hay que felicitar a los españoles que han participado", cocluye.
Su colega en Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, director del Centro Investigación sobre Evolución y Comportamiento Humano (UCM-ISCIII), apunta que el porcentaje de ADN neandertal en los humanos es tan pequeño que "no afecta a la naturaleza humana", si bien reconoce que resulta extraño que el genoma de un francés no tenga más genética de esta especie que uno de Papúa.
"Resulta extraño que en Europa no se incorporen más genes, aunque hubo convivencia. Si así fuera, está claro que los europeos actuales son diferentes a los de entonces". "Lo que parece claro es que somos dos líneas evolutivas diferentes y que la aportación neandertal es muy pequeña y que hay 83 genes que tienen mucho peso porque encierran la clave de por qué somos como somos", concluye. Arsuaga también argumenta que cuando hay reproducción, entonces serían la misma especie y tendrian un antepasado común. Es todo muy confuso", reconoce.
Eudald Carbonell, director del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) y tercer codirector de Atapuerca, considera que la aportación de los neandertales a nuestra especie "es muy poca porque la hibridación fue algo marginal, sin trascendencia evolutiva porque no se mezclaron en Europa".
Antonio Rosas, coautor del trabajo sobre el genoma, del Museo Nacional dee Ciencias Naturales (CSIC) considera que, aunque tuvieran descendencia, neandertales y 'sapiens' "no son la misma especie". "Si hubo un segundo encuentro entre ellas, no dejó huella genética detectable, así que todo son hipótesis", concluye.

FUENTE: EL MUNDO

jueves, 9 de junio de 2011

"O los Neanderthales eran tan inteligentes como nosotros, o bien los elementos que usamos para definir ’modernidad’ no son acertados"



Juan Manuel Maíllo, premio joven investigador.


"No dejamos de tener en el subconsciente problemas de eurocentrismo"


24 de mayo de 2009

Miguel Álvarez Peralta - divulgaUNED.es | Llamamos comportamiento moderno a las evidencias arqueológicas que revolucionan la forma de vida de hace 40.000 años, cuando el auriñaciense "sorprendió" con su industria moderna la vida de los Neanderthales europeos. El trabajo de Juan Manuel está cuestionando ahora estos planteamientos clásicos de los estudios de prehistoria: "los Neanderthales también tienen evidencias de este comportamiento moderno".
La investigación lleva en curso más de 20 años. Fue iniciada en 1990 por Victoria Cabrera (UNED).
El premiado investigador irá a la Universidad de Cambridge a comparar los resultados de su investigación con las tesis opuestas que allí se defienden.


FUENTE: UNED

miércoles, 8 de junio de 2011

La primera salida humana de África, hace dos millones de años.


Excavación en le yacimiento de Dmanisi (Georgia).|PNASExcavación en le yacimiento de Dmanisi (Georgia).|PNAS
Con un aspecto entre humano y simiesco, bípedos y capaces de hacer sencillas herramientas de piedra, los primeros 'Homo' de la Tierra no tardaron en viajar fuera del continente africano que les vio nacer. Hace casi dos millones de años, o quizás más, ya hubo asentamientos humanos en lo que hoy es Georgia, un pequeño país al norte de Turquía.
Así lo asegura el equipo que trabaja en este prolífico yacimiento desde 1991, cuando apareció la primera mandíbula de un humano que resultó tener 1,8 millones de años y pertenecer a una especie nueva de homínido, bautizada como 'Homo georgicus' por tener unas características algo distintas del 'Homo habilis' que por aquel entonces habitaba África, el primero de nuestro género por su habilidad para hacer herramientas con una tecnología simple que se conoce como Olduvayense o Modo 1.
Los que llegaron a Dmanisi tenían un cerebro pequeño, de unos 700 centímetros cúbicos y corta estatura. Arribaron a la región hace al menos 1,85 millones de años, o antes, como prueba la existencia de 122 utensilios de piedra junto con restos de fauna, datados por magnetoestatigrafía. Según publican los investigadores esta semana, en la revista 'Proceedings of National Academy of Science' (PNAS), hay pruebas de que el lugar fue ocupado muchas veces diferentes, aparentemente por una población itinerante.

Un viaje complicado

"Sabíamos que había presencia humana muy antigua en Dmanisi y ahora hemos podido probar que ocurrió unos 200.000 años antes de lo que se pensaba, casi en los orígenes del género humano. Ya se sospechaba porque después, hace 1,8 millones de años, las condiciones del clima hubieran complicado mucho la salida de África. Hacía frío en el norte y una gran aridez en Oriente Próximo que habría hecho muy complicado el viaje", argumenta Jordi Agustí, miembro del Instituto de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) y coautor de este trabajo.
Los paleontólogos firmantes recuerdan que Dmanisi fue ocupado antes de la primera presencia de 'Homo erectus' ('H. ergaster') al este de África, un homínido más evolucionadoŽ, con un cerebro de 1.000 cc de media. En su opinión, la cronometría de las herramientas de Dmanisi apoya la hipótesis de que el origen de los 'erectus' fue Eurasia, dado que en África sólo se han encontrado fósiles más recientes -de hace 1,75-1,65 millones de años- de esta especie.
Apuntan también que la presencia de homínidos en China se ha confirmado también hace 1,7 millones y que el 'Hombre de Java' se dató con 1,6 millones.
"La posibilidad de que 'Homo erectus' evolucionara en Eurasia provoca dos obvias conclusiones: la primera, que un primitivo ancestro había emigrado de África hace más de 1,9 millones de años, lo que es consistente con los hallazgos de Dmanisi y con el 'Homo floresiensis'; y la segunda, que el 'H. erectus' volvió a migrar a África, lo que apoya la conclusión de que fue contemporáneo del 'Homo habilis" en aquel continente, según argumentan los científicos.
En todo caso, concluyen que aún faltan muchos datos para componer el 'puzzle' de la evolución humana, una historia en la que el hallazgo de cada nueva pieza es fruto de muy diferentes interpretaciones.

FUENTE: EL MUNDO